La aparición de una economía del hidrógeno a gran escala plantea retos en cuanto a la tecnología de medición que debe utilizarse. La difusión y la acumulación de hidrógeno provocan una mayor fragilización de los materiales; además, la difusión del hidrógeno en los elementos de medición de los sensores puede distorsionar los resultados de las mediciones.
Los motores de combustión que funcionan con hidrógeno o con combustibles alternativos basados en H(2) prácticamente no producen emisiones y allanan el camino hacia una movilidad descarbonizada. Los desarrolladores de motores necesitan sensores resistentes al hidrógeno para optimizar su combustión. Kistler ha respondido desarrollando el sensor de presión de hidrógeno 4012A, que puede utilizarse para el análisis del intercambio de gases, así como para la medición de la presión en el carril de suministro de combustible de baja presión de los motores de hidrógeno.
El actual desarrollo de las pilas de combustible abre una vía adicional para conseguir un suministro energético sostenible. El nuevo sensor 4012A puede utilizarse para controlar la presión del hidrógeno en el rango de baja presión de una pila de combustible. Para ello, el sensor piezoresistivo de presión absoluta dispone de dos rangos de medición: hasta 20 bar y 50 bar.