Sensores de fuerza cortante piezoeléctricos SlimLine, transductores anulares de fuerza (Fy máx. hasta ±8 kN / ±1,8 klbf) / 914xB
914xB
Características/ventajas principales
- Tamaño extremadamente pequeño con un Rango de medición de hasta 8 kN (fuerza de cizallamiento)
- Carcasa estanca (IP65)
- Cable integrado no desmontable con funda de fluoroelastómero
- Instalación flexible y compacta en estructuras
Estos sensores de fuerza piezoeléctricos contienen dos elementos de cuarzo sensibles a la fuerza de cizallamiento en una dirección. La fuerza a medir se transmite por adherencia a los elementos de cuarzo, que producen una carga eléctrica directamente proporcional a la fuerza aplicada. La conexión del cable a la caja del Transductor de fuerza anular está herméticamente sellada para proporcionar un grado de protección IP65.
Estos Transductores de fuerza anular muy compactos presentan una resolución máxima, una gran rigidez y unas dimensiones extremadamente reducidas, lo que los hace ideales para su instalación en estructuras. Construcción soldada con cable de conexión integrado sellado en la carcasa y con una selección de conectores. Los sensores SlimLine se suministran probados pero sin calibrar y deben calibrarse in situ tras su instalación. El sensor se utiliza en procesos de fabricación industriales que requieren la medición y supervisión parcial de fuerzas de cizallamiento. Junto con un ControlMonitor, este sensor es ideal para el control de calidad y la supervisión de la producción industrial a gran escala. Su perfil especialmente bajo perfillo hace perfecto para su montaje en estructuras como placas de fuerza, herramientas y bastidores de máquinas. Cuando es necesario medir fuerzas de cizallamiento muy grandes o no es posible posicionarlo directamente en el flujo de fuerza, el sensor se monta en derivación. De este modo, sólo mide una parte de la fuerza del proceso y el resto se desvía. Esto significa que normalmente se puede utilizar un rango de medición más pequeño que con la medición directa de la fuerza de cizallamiento para proporcionar una solución más rentable. Otra ventaja es la elevada protección contra sobrecargas que ofrece la medición de fuerzas en derivación.