Junto con la presión, la temperatura es uno de los valores más importantes del proceso en el proceso de moldeo por inyección. Para asegurar una disipación controlada y reproducible del calor del molde, los moldes de inyección se mantienen dentro de un estrecho rango de temperatura: esto se logra mediante un medio de control de temperatura (generalmente agua) y un dispositivo de control de temperatura. También pueden ser necesarias diferentes temperaturas en una herramienta.
Se indica una intervención de mantenimiento si se impide el flujo del medio a través de los canales de control de temperatura en el molde y se restringe la transferencia de calor a la pared del útil (por depósitos, por ejemplo). Un sensor de temperatura simple y rentable colocado en el molde permite la detección rápida de fallas en este complejo sistema.